LA CAF EN KAS

Posted: 24 February, 2011 in 2011

Y así empezó la carrera.

Un arco iris unía el cielo y nuestros pasos, la tierra.

Entusiastas y optimistas, partimos a las 6.00 a.m..

Había viajado especialmente a Venezuela, lugar en el que viví y fui feliz, para asistir a la Primera Maratón de Integración Iberoamericana que organizaba la Corporación Andina de Fomento, CAF.

Muchos correrían 42 K. Mi plan era participar en la Media Maratón, 21K.

Años atrás, con algunos colegas habíamos fundado el grupo de los “CAF Runners”. Nos reuníamos para conversar sobre los planes de entrenamiento. Trotábamos por parques y diferentes rutas caraqueñas. Luego lo hicimos por calles más alejadas compitiendo en maratones de carácter internacional. Esta vez fue lo contrario. Llegando más allá de lo que alguna vez pensamos, la CAF, decidió alcanzar la meta de la unión regional a través de deportistas de más de 20 países recorriendo esta ciudad.

Caracas está a casi 1,000 mts. de altitud. Lima, lugar donde hoy vivo, está a orillas del mar. Me dijeron que la carrera no tenía mayores pendientes. Yo, me la creí cual gafa (1). Había olvidado las hostiles colinas que amenazan por doquier, que hay subidas, que hay bajadas, falsos planos, planes falsos y otras tantas cosas también.

Antes de la partida, seguro por hacer deporte regularmente y por haberme vuelto algo más cauta en la vida, mis latidos del corazón llegaban a 45 por minuto. Pero allí estaban ellos, escondidos, agazapados, hasta preocupados, pero parejos, expectantes y saltarines. A los pocos minutos de la largada, llegaron a 188. Adrenalina pura. ¡Pobre corazón! ¡Es que en realidad sí tengo!

Ese “no te preocupes que no hay cuestas ni elevados”, como les llaman a los puentes por obvias razones aquí, me pareció una mordaz ironía al ver en el Km. 3 la primera subida. Luego supe que quien, amable y detalladamente me diera las pautas a seguir, había “practicado” la ruta ¡en automóvil! ¡Bicho! (2)

Fue entonces que sin el menor recato ni continencia alguna, cual inspiración divina, lancé al vacío algunas expresiones de uso local y otras en diversas lenguas que ni siquiera sé hablar. Y en medio de aquella verborrea es que empecé a subir, luego a bajar, a beber agua, a recargar fuerzas con mis gomitas energéticas que se pegaban inescrupulosamente entre mis dedos húmedos. Gomitas GLUE…no “GU” (3).

Avancé así por la ruta de la integración mientras irónica y paulatinamente se iba desintegrando mi ego.

El arco iris de iba desvaneciendo.

Nuestros pasos, sin embargo, no se detenían. Latían tan fuerte, tal como mi corazón lo hacía a esas alturas de la ruta y de mi garganta. Estoy segura que si decía algo, al abrir la boca, se me escaparía hasta el alma para no volverla a ver más.

Por el kilómetro 7, perdí la felicidad y el optimismo se escabulló con ella. Pensé que se me habían caído por alguna parte, pero en realidad fue que con el paso del tiempo y la distancia se habían transformado en el reto de volverlos a encontrar. Es que nunca nos deben faltar.

La música me ayudaba. Siempre hay algo en la vida, una palabra sencilla, un aplauso casero, que nos puede salvar. Había grabado unas cuantas canciones en mi IPod que estaba segura que al seguir su ritmo me darían el impulso para terminar. ¡What a feeling! (4) Cantaba Irene Cara en su versión trance. “No cierres los ojos” pensaba yo, en pleno trance y no sé con que cara.

En el kilómetro 12, quizás por eso de haber trabajado en un organismo financiero, me puse a pensar en las inversiones. ¿Por qué el 12 no se invertía convirtiéndose en un hermoso 21? ¿Por qué las cuestas cuestan? ¿Por qué la tasa fija no se modificaba a una pista plana? ¿Por qué no declarábamos resuelta la carrera en forma anticipada y automática? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Y así dejé atrás el Km. 12 y mi soberano INTERÉS por éste. No lo quise ver más nunca – como dicen acá.

Deseché las interrogantes sin obtener respuesta alguna cuando allá, en la parte más alta de otro cerro estaba escrito en forma retadora, el número 13. ¡Don’t stop me now! ordenaba alguna canción desde mi Ipod. Con mucho esfuerzo llegué a la cima para empezar luego a bajar, disfrutar de las calles, del cielo azul perfecto, de la ciudad, de los aplausos, de la algarabía de la libertad. ¡Don’t stop me now! “I am having a good time! Hey, hey, hey! (5)

Llegué sin notarlo al kilómetro 15, al 16, al 18. ¡Beep! ¡Beep! Había tomado mucha viada. Por precaución devoré otra gomita. Varios trotadores me habían mirado con ojos de preocupación y una cierta alevosía, cuando me escuchaban pedir paso gritando ¡PISTA! ¡PISTA! y me veían avanzar con tanto ímpetu, como si el impulso “Post 13” todavía recorriera mis venas.

Kilómetro 17.

¡Presbicia! ¡Presbicia! ¿Pero qué? ¿Ando tan mal de la vista? ¿Si ya debía estar llegando al 19?

Volví a integrarme en mi misma. Volví a sentirme ligera de pies y de alma cuando leí: Kilómetro 18.

¡Otra vez me faltaban 3! ¡Improperios in crescendo! ¡Todas las lenguas!  ¡ #@%#@!

¡Estaba viendo los letreros equivocados: los que guiaban a los maratonistas completos! En cambio a mí, media maratonista hecha pedazos, no me correspondían esas señas.

¡ Y M C A ! Los Village People cantaban su recordado ¡ Y. M.C .A.! Mientras me preguntaba reiteradamente…¿Why I’m here, hey? ¿¿¿WHY????  (6)

Comencé a sentir el agotamiento, el desanimo, la falta de gomita. El vertiginoso “Post 13” que me sugería respetuosamente un PÓSTRESE. Yo no quería hacerlo. Debía seguir. Entonces, muchos recuerdos empezaron a hurgar mi mente: el Ávila, energía pura, montaña verde y bulliciosa gracias al canto de las guacharacas y los loros que la habitan, al pie de la cual crece Caracas. El mar, frescura y paz, sus aguas transparentes. El calor de las playas caribeñas, el que empecé a sentir, a asentir, bajando y subiendo la cabeza, como dándole la razón a su inclemencia. ¿Why I’m here, hey?, balbuceaba mentalmente.

K 20. Ahora sí, el mío.

Nada que pensar. Solo enfocarme en la meta.

Trotar. Sonreír.

Llegar al final del arco iris. O al principio, quizás.

Esperar a los que corrieron 42K.

Escrito en Caracas por Rossana Sala, el 21 de febrero de 2011, un día después de la carrera. Todavía comiendo gomitas.

PD 1 . Esta va para ti, zorro sagaz que me diste el derrotero de la ruta plana…escuchaste esa canción de Juan Luis Guerra que dice….”…Jesús me dijo, que me riera, si el enemigo me tienta en la carrera… y también me dijo, no te mortifiques, que yo le envío mis abejas pa’ que lo piquen. ¡Ya lo veras! ” ? Ja. Ja.

PD 2: Más allá de cualquier relato, confieso haber disfrutado de la carrera. También admito con desparpajo y cierta vergüenza, no haber leído previamente la información sobre la misma. La ruta estaba detallada junto a tantas indicaciones que no debí pedir al Zorro. Excelente organización. Impecable, en realidad. Los resultados a tiempo. Espero que muchos peruanos podamos unirnos el año que viene en la siguiente Maratón de Integración Iberoamericana de la CAF.           http://maraton.caf.com/

(1) Gafo/a = tonto, idiota en Venezuela.
(2) Bicho = Expresión común de uso local. Se usa por ejemplo para decir que alguien es malo. No sé si está bien aplicado el término. Quizás es exagerado. Pero dadas las circunstancias, ustedes comprenderán que en ese momento el sujeto en cuestión merecía ese calificativo. Ya es bastante no decir su nombre.
(3) GU = Marca de goma o gel energético que se usa en los entrenamientos. Algo similar al Gatorade pero concentrado.
(4) ¡Que sentimiento!
(5) ¡No me detengas ahora! ¡Estoy teniendo un buen momento!
(6) ¿Por qué estoy aquí?

A los pocos días, salí a trotar por Lima y me encontré…con el otro lado del arco iris…

Comments
  1. Taty Sala says:

    Buena Rossana! que buena carrera!
    Taty

  2. Amélie de Caters says:

    Hola Rossana,
    Me encanto leer tu relato, me sienti a lu lado toda la carrera ! felicidades, eso es que me gusto contigo : tu voluntad y humor….
    con carino.
    Amélie (de Brusselas ahora en Valencia Espana)

  3. rosario says:

    eres super ingeniosa Rossana 🙂 me encanta como juegas con las palabras y sus significados usándolas para meternos 100% en tu historia!

  4. Antonio Gonzalez says:

    Magnifico relato Rossana, eres la poetisa de distancia larga.
    Fue muy grato verte.

  5. charo ibarra says:

    Rossana querida:

    Una vez más te felicito, no solo por tu participación en la maratón de CAF, sino porque con tu relato me has hecho sentir que yo también corría y me esforzaba como tú para seguir adelante y llegar a la meta. Sigue escribiendo que un día tu meta será publicar estos encantadores relatos.

    Con cariño,

    Charo Ibarra

  6. Pelusa says:

    Rossana:
    Tu descripción es tan real – que yo que no corro siento la emoción, el cansancio,
    la exaltación de hacerlo. Felicitaciones!

  7. carlos conroy says:

    Felicitaciones Rossana!! Tienes que dejarte ver por el Club!
    Bso

  8. CDDO says:

    Rossana Felicitaciones, me gusta tu pluma:
    Saludos
    CDDO

  9. Enrique Delgado says:

    Supongo que antes de irte a correr 21 en Bs. AsM correras en Lima el 15 de mayo, muy bueno y divertido el relato.

  10. prima ahijada, no sabia que tenias esa soltura de dialogo, o mejor dicho monologo. Muchas felicitaciones, no solo por la carrera que es un gran esfuerzo fisico, sino mas bien por esa carrera mental que te hace subir a lo mas alto del universo porque para la literatura no hay limites.
    un beso grande
    negro

  11. CÉSAR ALARCO says:

    TE FELICITO ROSSANA ,ESCRIBES TAN BIÉN COMO CORRES.ESPERO QUE NOS ENCONTREMOS PARA CORRER LA MEDIA EN BUENOS AIRES EN SETIEMBRE.
    NUEVAMENTE FELICITACIONES
    CÉSAR ALARCO

  12. Boris says:

    Bravo Ross, genial como siempre.

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