Para Iván el Thays.
Y tus muletas en una esquina, apoyando al muro. Yo las miro.
Como resultado de una meditación confusa y profunda, te presento aquí entre mis líneas, mi producto, mi acto, mi gesto. Simplemente la creación de un primer intento de escribir algo que los que saben, dicen, se llama “cuento”.
En la parte introductoria de esta impertinente historia, te confieso en blanco y negro, que el sentido del relato, no es grato y sí es molesto, yo lo siento, lo siento, lo siento, pero igual acá, te echo mi cuento.
Me distraigo por un rato de este escrito y de tu clase, y el Dios que silba no viene, y tus muletas en una esquina, apoyando al muro. Yo las quiero.
Vuelvo a mi carpeta, hurgo entre mis pensamientos una historia secreta.
Mi idea de tu curso era aprender a crear. Ocultarme entre relatos. Dejar de escribir sobre rutinas, mis fantasmas, mis vivencias. Yo narro sobre correr y montar bicicleta. El ejercicio no es mi meta. Estoy atrapada en el tema. Para mí, ese es el problema. Mi testigo privilegiado. Que la carrera, que no hay agua, que me agoto, y que sudo y me sofoco, que me duele, que el sol quema, que no encuentro la burda meta, que me enredo en la bicicleta. Me tropiezo, me caigo, me paro, me río, me espanto. Que la vida, que el spinning, que la maleta, que me siento un hámster dándole vueltas y vueltas al pedal del mundo, ¡qué cantaleta!
¡STOP!
Quiero un tema diferente. Quiero inventar, ser inconsciente. Escribir el cuento de un niño, de un ángel o quizás un vampiro. Y tú me hablas de otra cosa, del efecto mariposa, de Messi, de Maradona, de qué se yo, la rueda de un auto. Y mis dedos y el teclado, todos se quedan pegados y me pesan y me mienten y no suben, no me sienten y mi mente sigue trotando y avanza entre pasos y rocas, sin estructura ni orden, mi ordenador se alborota, es un gran caos de letras, mi teclado es redundante, mis ideas ya se mezclan y se funden y me ofuscan y me agobian, sin hacer relatos ni cuentos, ebullición de garabatos…vamos a darle a la estructura…darle, darle, darle. ¡Eso es mentira! ¡Mentira pura! ¡Eso no existe! ¿Cómo le doy? ¿Si no la conozco? Y me acerco y se me aleja y a nada se asemeja, y se queda sin sentido, sin motor, sin cola, sin ruido. Y nadie leerá mis cuentos y menos si son lamentos. Y nadie usará mi invento. Y camino y sigo avanzando, ya sin puntos cardinales, sin comillas y sin tildes ni sustos ni malabares, los acentos ya no sirven, son prosódicos y prosaicos, no me escuchan. ¡Quiero un cuento, una estructura, un gran concierto! Yo lo siento, Iván, lo siento.
Y tus muletas en una esquina, apoyando al muro. ¡Dámelas!
Y el sentido de este texto, porque en serio, sí lo tiene, es oponerme a esa frase que citaste hoy en tu clase. Esa que dijo un tal Puig, tu héroe quizás de infancia. Resulta que es sobre la vida de lo que hay que escribir. De lo que uno es testigo, de lo que podemos sentir. Y sobre ese privilegio ya no quiero yo más una letra. Y tú, Iván Thays, me pides eso y yo me opongo. ¡Me levanto! ¡Me sublevo! ¡Y me quedo con tus muletas! ¡Pero no puedo!
Y así pues, de despedida, con una flor en una mano y un libro de Buda en la otra, medito y te envío algún gesto, tan amable como molesto.
Y te fuiste con tus conceptos, tus cuentos, tus estructuras, llevándote las muletas, dejando al muro débil y a mis ideas escuetas.
Y hoy catorce de marzo de este año, cualquiera que sea, después de ver la estructura, tan impura e insolente, de éste, mi cuento no nato, decido mejor sea mañana, o pasado, que haga otro intento.
MIS NOTAS DEL CURSO DE NARRATIVA…dictado por Iván Thays…para los que no fueron a clase…
“Escribir es ordenar, estructurar. Nada le importa al lector. Meter goles. Falta de peso en los dedos. Dios que silba. Ver la película “El Efecto Mariposa”. El sentido del texto. Escribir es meditar. ¿Conocen la anécdota de Buda y la flor? El resultado de meditar es un producto, un acto, un gesto. “Escribir sobre aquello de lo que uno es testigo privilegiado”, Manuel Puig.”
Igual sigo queriendo sus muletas.
Has escrito un bueno y bonito cuento Rossana, felicitaciones.
Un abrazo.
Hola Rossana, después de leer concienzudamente el relato, he llegado a una conclusión: sigues estando guapísima.
Lo que creo que pretendes expresar yo lo llamaría: el pánico ante un folio en blanco.
Ese querer y no poder, ese desdén de las musas, esa rabia ante la inspiración, que sigue de vacaciones. Nos pasa a todos. A todos los que escribimos algo más que la lista de la compra. Ánimo, te lo dije en el anterior comentario: tú no escribes, me hablas. Gracias.
Un beso.
Me resulto muy interesante el comentario de Gonzalo sobre “Dejame que te cuente”. Saca tu historia, deja tus rutinas
Es agradeble seguirte en estos temas.
Seguimos en ruta
Querida Rossana:
Eres buena, solida, profunda y divertida….pero en la tematica, coincido contigo, un tanto reiterativa y muy introspectiva. Manejas muy bien el lenguaje, pero mi percepcion de esta lectura y de las que hemos publicado en la revista, es que eres incapaz de desligarte de esa melancolia, apacible como un dia soleado, esporadico de una tarde de invierno. Sacudirse de la fuente de inspiracion implica , en cierta manera, salirte del esquema unico de como sientes las cosas, y poder inventar un personaje, una situacion totalmente ajena a tu forma de sentir, pensar y actuar. Eso toma valentia y desprendimiento…lo primero ,para poder desdoblarte sin sentir que estas traicionando tu formacion como persona y lo segundo, para poder crear algo o alguien totalmente distinto a ti, a tu moral, tus gustos y aficiones, y que no pienses que te estas desviando del camino que elegiste.
A mi me encanta leer, pensar, escribir y conversar….pero no siempre estoy a gusto con ninguna de estas actividades, y los resultados que ocasionan. Yo creo que eres MUY BUENA escritora. No dejes de hacerlo aunque la duda te agobie. El trance literario pasa por no racionalizar esos estados por los que uno necesariamente tiene que pasar para dar el primer paso en cada acto que uno realice. A mi me encanta leerte, pero mas me gusta sentirte feliz con lo que escribes. Saludos Gonzalo
(Gonzalo Rodriguez Larrain – Peru Runners)
Buena respuesta a tu clase, Rossana. Te felicito. Estás haciendo eso que es tan difícil, que es reflexionar y estar contigo misma. Ojalá sigas así.
…Leí el libro de Murakami sobre correr. Me gustó, casi contra todo pronóstico, pero igual si hubiera tenido una página más hubiera sido demasiado. ¡Casi hubiera sido mejor incluso que tuviera algunas menos!
Sigue así, ejercitando (la pluma y las piernas), solito te va a salir.
Gracias Patricia! Me das ánimos para seguir escribiendo! A ver que pasa en mi segunda clase este lunes!
para ROSSANA SALA
DE ANONIMO
fecha 15 de marzo de 2011 23:02
asunto Re: Después de mi primera clase de narrativa…
ocultar detalles 23:02 (hace 12 horas)
Déjame que te diga limeña
que ahora que aún persisten tus sueños
que ahora que aún escribes tus versos
del ir y venir por la vida
sembrando afectos y cosechando amores
corriendo mundos y estudiando cuentos
goza como lo vienes haciendo
sintiendo el tiempo
aprovechando el viento…
Déjame que te diga limeña
sigue corriendo
sigue escribiendo
sigue viviendo…..
Me encantó esa rebeldía. Yo creo que para escribir algo tiene que salirte de lo profundo.
Sin reglas, sólo lo que le brota a uno. Leamos a los clásicos… un profesor de narrativa les dió algunas reglas?
Sigue como hasta ahora que es muy agradable leer tus artículos. Tú sola irás perfeccionándote y tus amigos seguiremos disfrutando
Gracias Charo!! Me alegro te gustara lo que escribí…tengo que seguir buscando nuevos relatos…